Una vez más, los grupos más ultraconservadores y la jerarquía eclesiástica, con el PP a la cabeza, unen sus fuerzas y se movilizan para contrarrestar el avance de las políticas de igualdad entre hombres y mujeres. Por su parte el gobierno, timorato donde los haya, aprovecha estos ataques a los derechos humanos para proponer un proyecto de Ley que nada tiene que ver con el derecho a decidir en libertad y dignidad por parte de las mujeres.
Más allá de toda la demagogia que envuelve a los grupos anti-elección y de los retrocesos importantes de esta Ley en varios puntos respecto al anteproyecto original, el PSOE nuevamente no ha atendido las demandas de mejoras requeridas por el movimiento feminista. Y una vez más nuestro movimiento político y social está a la par con la vindicación de estos derechos, por un lado proponiendo un marco sanitario público que permita a las mujeres decidir sobre su sexualidad y maternidad; Y por otro, acabar con la inseguridad e incertidumbre jurídica actual que afecta tanto a las mujeres como a los y las profesionales de la sanidad, acabando al tiempo con la falta de equidad entre las distintas comunidades autónomas.
¿Es alguien de dieciséis años una menor? El gran debate de la nueva Ley, escondiendo muchos otros problemas, parece ser éste. Para nosotros y nosotras, desde EUPV, la respuesta es sencilla. Si las mujeres jóvenes son maduras para decisiones tan relevantes como mantener relaciones sexuales a partir de los trece años, casarse, ser madre y ejercer la patria potestad, hacer testamento y tener responsabilidad penal a los catorce años. Pero también, a partir de los dieciséis años, decidir acerca de intervenciones quirúrgicas sobre su propio cuerpo, como son los casos de aumento de pecho o reducción de estómago, e incluso decidir si aceptar o rechazar un tratamiento médico contra el cáncer. Si son adultas e incluso responsables penales para todos esos casos también lo son para estar amparadas por Ley y con todas las garantías sanitarias de la red pública a decidir si parir o no parir. Frente a toda la demagogia populista que emerge interesadamente ante este tema es importante recordar la realidad que nos envuelve. En Suiza, Bélgica y el Reino Unido no es necesario el consentimiento para las menores de dieciséis años, pero incluso en el conservador EE.UU. diecinueve estados poseen la misma legislación. En Holanda, Eslovaquia y la República Checa el consentimiento sólo es necesario para las menores de dieciséis años. En Dinamarca se requiere el consentimiento del padre o madre, pero si se deniega la menor puede recurrir a un juez. En Finlandia, las menores pueden abortar hasta las 20 semanas de gestación, un plazo más amplio que para las mujeres adultas, necesitando sólo el permiso del médico. ¿Por qué nosotras no? ¿Apostamos por mantener un modelo donde los abortos clandestinos de menores, con todos los riesgos que conlleva, continúen creciendo?
Entre la demagogia del PP y la cobardía del PSOE, y junto a las plataformas y movimientos feministas que no paran de vindicar los derechos de la mujer, EUPV continuará defendiendo en el Parlamento y en todos los espacios que ocupe la necesidad de una nueva ley de IVE que represente un avance real, sin recortes. Todos, y también todas, las que se oponen a un derecho básico de los seres humanos, como es la gestión y decisión sobre el propio cuerpo, deberían explicar porque hoy, aún, consideran a las mujeres ciudadanas de segunda categoría. Una vez más otra ocasión pérdida. Pero también una vez más EUPV continua de verdad, sin mentiras electoralistas, al lado del movimiento feminista y del conjunto de las mujeres.
Más allá de toda la demagogia que envuelve a los grupos anti-elección y de los retrocesos importantes de esta Ley en varios puntos respecto al anteproyecto original, el PSOE nuevamente no ha atendido las demandas de mejoras requeridas por el movimiento feminista. Y una vez más nuestro movimiento político y social está a la par con la vindicación de estos derechos, por un lado proponiendo un marco sanitario público que permita a las mujeres decidir sobre su sexualidad y maternidad; Y por otro, acabar con la inseguridad e incertidumbre jurídica actual que afecta tanto a las mujeres como a los y las profesionales de la sanidad, acabando al tiempo con la falta de equidad entre las distintas comunidades autónomas.
¿Es alguien de dieciséis años una menor? El gran debate de la nueva Ley, escondiendo muchos otros problemas, parece ser éste. Para nosotros y nosotras, desde EUPV, la respuesta es sencilla. Si las mujeres jóvenes son maduras para decisiones tan relevantes como mantener relaciones sexuales a partir de los trece años, casarse, ser madre y ejercer la patria potestad, hacer testamento y tener responsabilidad penal a los catorce años. Pero también, a partir de los dieciséis años, decidir acerca de intervenciones quirúrgicas sobre su propio cuerpo, como son los casos de aumento de pecho o reducción de estómago, e incluso decidir si aceptar o rechazar un tratamiento médico contra el cáncer. Si son adultas e incluso responsables penales para todos esos casos también lo son para estar amparadas por Ley y con todas las garantías sanitarias de la red pública a decidir si parir o no parir. Frente a toda la demagogia populista que emerge interesadamente ante este tema es importante recordar la realidad que nos envuelve. En Suiza, Bélgica y el Reino Unido no es necesario el consentimiento para las menores de dieciséis años, pero incluso en el conservador EE.UU. diecinueve estados poseen la misma legislación. En Holanda, Eslovaquia y la República Checa el consentimiento sólo es necesario para las menores de dieciséis años. En Dinamarca se requiere el consentimiento del padre o madre, pero si se deniega la menor puede recurrir a un juez. En Finlandia, las menores pueden abortar hasta las 20 semanas de gestación, un plazo más amplio que para las mujeres adultas, necesitando sólo el permiso del médico. ¿Por qué nosotras no? ¿Apostamos por mantener un modelo donde los abortos clandestinos de menores, con todos los riesgos que conlleva, continúen creciendo?
Entre la demagogia del PP y la cobardía del PSOE, y junto a las plataformas y movimientos feministas que no paran de vindicar los derechos de la mujer, EUPV continuará defendiendo en el Parlamento y en todos los espacios que ocupe la necesidad de una nueva ley de IVE que represente un avance real, sin recortes. Todos, y también todas, las que se oponen a un derecho básico de los seres humanos, como es la gestión y decisión sobre el propio cuerpo, deberían explicar porque hoy, aún, consideran a las mujeres ciudadanas de segunda categoría. Una vez más otra ocasión pérdida. Pero también una vez más EUPV continua de verdad, sin mentiras electoralistas, al lado del movimiento feminista y del conjunto de las mujeres.
Rosana Montalbán Moya
Àrea de la Dona EUPV
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