Feminismo y tauromaquia. Alicia H. Puleo
“Las corridas y otras torturas públicas de animales son el lugar simbólico –y, desgraciadamente, muy real en el dolor y la sangre– en que se entrecruzan el antropocentrismo y el androcentrismo. ¿Es más culpable la torera que el torero, la espectadora que el espectador? No lo creo. Ambos están atrapados en la mística de la virilidad o definición histórica de lo masculino y humano como dominación. El sufrimiento del animal en la arena será el mismo.La ética y la filosofía política feministas han de reivindicar la igualdad entre los sexos pero proceder también a una crítica del androcentrismo. Ambas tareas, si son entendidas como proyectos excluyentes, encierran ciertos peligros. Así como las éticas del cuidado pueden derivar en el conformismo, en la impotencia y en la exaltación de virtudes producidas por el sometimiento, la asunción acrítica de una transgresión pseudoliberadora implica la aceptación de valores que esconden un subtexto de género.
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